miércoles, 3 de febrero de 2010

EL ROYO- ERMITA DE LA VIRGEN DEL CASTILLO

Como nos había sabido a poco la ruta del sábado, el domingo 30 nos fuimos en plan paseo a subir desde el Royo a la ermita de la Virgen del Castillo. Muy recomendable tanto por el trayecto como por las vistas desde ese mágico lugar.
Salimos desde las eras del Royo dirección al monte. El día estaba frío y dejaba escapar de vez en cuando alguna chispa de nieve.


Lentamente asciende entre matas de roble y alguna de pino, por un camino a tramos empedrado.

En este espolón rocoso se asienta la ermita de la Virgen del Castillo, pero varios siglos antes de Cristo ya eligieron este lugar un grupo de personas para construir un castro. Fácil defensa, difícil acceso. Desde pequeño conozco este lugar y siempre he pensado que era especial.



Desde la torre de la ermita,la vista hacia el sur de la Vega Cintora, la llanada del Duero desde el embalse de la Cuerda del Pozo hasta Hinojosa,es espléndida.






Y hacia el oeste no desmerece tampoco, con el pantano en primer término.



El descenso hacia el punto de partida fue rápido, con el sol saliendo tímidamente.








RUTA DURUELO- CASTROVIEJO

El pasado sábado, dadas unas previsiones meteorológicas bastante negativas, optamos por una ruta corta pero "pata negra". Subir desde Duruelo a Castroviejo será posiblemente uno de los senderos más agradecidos de toda la provincia. Pinos, rocas y nieve para una mañana de enero.

Salimos de Duruelo enfilando rumbo norte por el paraje que aqui conocen como "las huertas". Por la noche había nevado así que salimos pisando nieve desde el propio pueblo.



Pronto nos adentramos en el pinar. Como se puede ver en este primer tramo coinciden el G.R. 86 hacia Urbión y un P.R. hacia Entreambascuerdas. Pronto se separan.



El recorrido es cómodo hasta que cruzamos un arroyo que viene de Castroviejo. Aquí la cosa se empina un poco.



Castroviejo es aún más espectacular si cabe con nieve. Como si fuera un escenario de película fantástica, las talladas rocas y los pinos centenarios encajan a la perfección.


Es un mágnifico balcón al valle del Duero que acaba de nacer. En primer término Duruelo, a la izquierda Covaleda y como telón de fondo, la sierra del Resomo.



Cerca está la Cueva Serena y su cascada. Igual pasa aquí. La nieve y el hielo todavía construyen formas más caprichosas.






El descenso fue rápido, pista abajo. Tan solo hubo que destacar un pequeño resbalón con sentada en el agua incluida y unos cuantos mastines celosos de su rebaño.